jueves, 17 de marzo de 2011

LÚnes


Afeitado, y con su mejor traje se subió a la ventana y saltó decidido.

No sospechaba que el del 4º - el problemático en las reuniones de vecinos - había decidido cortar por lo sano a todo gas.
La explosión le cogió desprevenido. Entre el 2º y el 3º piso. Justo cuando empezaba a sentir un pinchazo en el brazo izquierdo...
La defragación le volteó y impulsó hacia la fachada de enfrente. Atravesando puertas y ventanas abiertas por la onda expansiva.

Aterrizó casi de pie en aquel lavabo. Encorbatado y apenas despeinado. Con algún vidrio por aquí y algún resto de su vecino por allá.
Y así, rodeada de velas, la encontró.
Más pálida que nunca. Dispuesta. Esta vez sí! Con la cuchilla en su muñeca... Y ese cuerpo desnudo salpicado de pecas que tanto le desarmaba. Motas de café en un suizo. Potenciales melanomas para los dermatólogos.

Para él fue amor a primera vista. Para ella, una aparición que en un instante codificó como el hombre de sus sueños.

Juntos decidieron consumirse mutuamente. Hasta que los efectos de la explosión en el reactor principal llegaron a la zona residencial donde vivían.
Llevándose con ellos a los cientos de almas que, de manera inesperada, se habían negado a ser evacuados por las autoridades.





Escrito la semana del terremoto-tsunami en Japón y 7 días de lluvia lunar continuada en Barcelona...

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